La
situación que voy a describir a continuación consta de un ejercicio inicial del
cual mi tutora estuvo extrayendo otros ejercicios de índole lingüística. La
actividad inicial consiste en la realización de un dictado sobre un fragmento
de teoría del libro de texto. Desde un punto de vista psicolingüístico, el
dictado se configura como una actividad compleja, ya que intervienen las dos
tipologías de la lengua: oral y escrita, amén de las relaciones implícitas en
ellas. Cuando realizamos un dictado se muestra el dominio que el alumno posee
de ambos tipos. Cuanto mayor sea el grado de conocimiento de éste sobre los
mismos, mayor será el éxito conseguido. No existe sólo un tipo de dictado. En
las prácticas tuve la oportunidad de ver dos tipos: uno tradicional – que es el
que voy a explicar – y otro lúdico, por imágenes, a través del cual la
profesora iba dictando unas órdenes de cómo hacer un dibujo y al final se
confirmaba si había salido igual que el del texto original.
La Edad Media está comprendida entre el siglo V y el XV, fecha en que surge el Renacimiento. Encontramos tres rasgos
esenciales en esta época: la convivencia de diferentes
culturas (cristiana,
musulmana y hebrea), todas ellas muy unidas por la Escuela de Traductores de
Toledo, lugar de cooperación entre ellas y de intercambio cultural. Pese a esta
aparente buena relación, la Edad Media se caracteriza por una gran actividad bélica (en especial, La Reconquista), puesto
que no vivieron siempre en armonía. Por ello fue muy importante la nobleza, que
se dedicaba a luchar. Eran conocidos como caballeros, que representaban el
arrojo, la lealtad y la valentía en la guerra. Su tarea era defender el
territorio[1].
En
mi opinión, del fragmento escogido se trabajaban diversos aspectos de la
gramática: morfología, sintaxis – en cuanto a la construcción de las
definiciones -, ortografía y fonética. A partir de este dictado, la profesora
realizaba una concatenación de ejercicios para trabajar la gramática. Como el
tipo de ejercicio gramatical que voy a exponer es el mismo que realizó mi
tutora, para no ser repetitiva, los ejercicios propuestos los haré directamente
sobre la modificación que realizaría.
Mi
modificación versa sobre el tipo de texto, esto es – y soy ferviente partidaria
de ello – trabajaría con textos de las lecturas obligatorias, en este caso La Celestina ya que se consigue trabajar
todos los puntos anteriores y además abarcar el ámbito literario, pudiendo
explotar otras vertientes como el léxico medieval, la sintaxis medieval, la
actitud de los personajes en la obra – se remarca así la complejidad de
Celestina –. Así mismo, es posible la exploración de una de las vertientes
didácticas como es la educación en valores – aspecto que yo trabajé personalmente
con ellos –. A través del fragmento se abre una tertulia del tipo de sociedad
reflejada en la Celestina, una sociedad en transición, en donde la mujer ya no
juega un papel pasivo, sino todo lo contrario, ella misma es dueña de su
independencia, aunque no totalmente. Pero sin duda todos los personajes
femeninos de esta obra así lo reflejan, incluido el suicidio de Melibea. Éste
fue un aspecto que cuando lo expliqué en clase, gustó mucho.
A
continuación, escogeré un fragmento de La
Celestina, lectura obligatoria para 3º de la ESO:
CELESTINA.-
No, hijo, ni Dios lo mande que yo tal
cosa levante. Que muchos viejos devotos había con quien yo poco medraba
y aun que no me podían ver; pero creo que de envidia de los otros que me
hablaban. Como la clerecía era
grande, había de todos: unos muy castos, otros que tenían cargo de
mantener a las de mi oficio. Y aun todavía creo que no faltan. Y enviaban sus escuderos y mozos a que me acompañasen y apenas era llegada a mi casa cuando
entraban por mi puerta muchos pollos y gallinas, ansarones, anadones, perdices,
tórtolas, perniles de tocino, tortas de trigo, lechones. Cada cual, como lo
recibía de aquellos diezmos
de Dios, así lo venían luego a registrar, para que comiese yo y aquellas sus devotas. ¿Pues, vino? ¿No me sobraba de
lo mejor que se bebía en la ciudad, venido de diversas partes, de Monviedro, de
Luque, de Toro, de Madrigal, de San Martín y de otros muchos lugares; y tantos
que, aunque tengo la diferencia de los gustos y sabor en la boca, no tengo la
diversidad de sus tierras en la memoria. Que harto es que una vieja, como yo,
en oliendo cualquiera vino diga de donde es.
Tras
una corrección de los posibles escollos ortográficos de los alumnos – 0’25 por
cada falta –, se abre la puesta en común con el texto:
¿Qué habéis entendido del texto?
(feedback inicial)
¿Qué diferencias hallas entre
Celestina y el prototipo de mujer medieval? (Pueden hacer
referencia a películas que hayan visto, estereotipos obtenidos de cuentos, etc.
Todo ello nos ayudaría a deducir que en La
Celestina, se presenta un tipo de mujer y, por extensión, un tipo de
sociedad diferente, esto es, la transición de lo medieval a lo renacentista.
Celestina se presenta como una mujer vivaz a pesar de su edad, con un
inteligencia vital que es independiente económica y moralmente en
contraposición de los tipos de mujer medievales.)
Tras
una leve conversación que les ponga en situación – con ello hemos empezado a
trabajar el contenido literario – pasamos al lingüístico, siempre con el mismo
texto.
La
siguiente actividad sería: “De las
siguientes palabras – marcadas en negrita – escribe una definición a modo de
diccionario”. Con esta actividad se trabajaban diversos aspectos: el
conocimiento morfológico de los alumnos, el registro en su discurso escrito,
así como parte del léxico social medieval. Tras determinar el tipo de palabra
que es – sustantivo, adjetivo, etc. – deben escribir una definición de un par
de líneas. Lo interesante es que están obligados a utilizar una fórmula formal –
o abstenerse ella – para la definición y así evitar los típicos “es cuando…” He
aquí algunos ejemplos:
-
“Clerecía”: Sustantivo común, colectivo,
concreto. ‘Dícese del conjunto de
personas de oficio religioso que forman la institución de una religión’.
-
“Escudero”: Sustantivo común,
individual, concreto. ‘Aplícase a aquellas
personas que servían a los caballeros’.
-
“Devota/o”: Adjetivo en grado positivo. ‘Persona que tiene devoción por algo o
alguien’.
Seguidamente,
se les pide a los alumnos que rescriban el dictado pero el significado de las
palabras debe ser el contrario, cuando fuera posible, aunque el sentido
original a veces se mantenga – de ahí la magia del lenguaje, recurso que
aparece en alguna ocasión en esta obra -. De este modo, se les obliga al uso de
antónimos y adverbios de negación – “no”, “tampoco” -. Destacaré las palabras
cambiadas en negrita:
CELESTINA.- Sí,
hijo, que Dios lo mande que yo tal
cosa tape. Que muchos jóvenes ateos había con quien yo
mucho medraba y aun que no me podían ver; pero creo que de admiración de los otros que me
hablaban. Como la clerecía era pequeña,
no había de nada: unos muy libertinos,
otros que no tenían cargo de
mantener a las de mi oficio. Y aun todavía creo que no faltan. Y apreciaban sus escuderos y mozos a que
me dejasen y apenas era llegada a mi
casa cuando salían por mi puerta pocos pollos y gallinas, ansarones,
anadones, perdices, tórtolas, perniles de tocino, tortas de trigo, lechones.
Cada cual, como no lo recibía de
aquellos diezmos de Dios, así no lo
venían luego a registrar, para que no comiese
yo y aquellas sus devotas. ¿Pues, vino? ¿No me sobraba de lo mejor que
se bebía en la ciudad, llevado a
diversas partes, de Monviedro, de Luque, de Toro, de Madrigal, de San Martín y
de otros pocos lugares; y tan pocos que, aunque no tengo la diferencia de los gustos y
sabor en la boca, no tengo la diversidad de sus tierras en la memoria.
Que maravilloso es que una joven, como yo, en oliendo cualquiera
vino no diga de donde es.
Finalmente, se les pide a los
alumnos que piensen algún sinónimo de los términos destacados – subrayados –
enriqueciendo así el vocabulario de los alumnos:
-
“Viejo”: anciano, senil, abuelo, vetusto
…
-
“Medraba”: prosperaba, mejoraba,
enriquecía …
-
“Envidia”: celos, rencor, tirria …
-
“Diezmo”: impuesto, tributo …
Este
tipo de actividades se realizaron dentro de una sesión rutinaria de clase. Los
alumnos hacía poco que habían realizado un examen y mi tutora me explicó que
para no agobiarles con la entrada del nuevo tema, realizaban este tipo de
actividades. La respuesta de los diferentes grupos en los que se realizaba este
tipo de actividades era, en general, bastante buena. En ocasiones, la búsqueda
de sinónimos se hacía complicada. Recuerdo que una vez tuvieron que pensar un
sinónimo de la palabra “mar” – para 4º ESO- . En ese momento pensé que era un
nivel muy difícil para ellos, y así fue. La profesora tuvo que admitir
sinónimos bastante alejados como “océano”. No obstante, creo recordar que hubo
un alumno que consiguió el término correcto: “piélago”.
A
lo largo de mi experiencia en las prácticas pude realizar numerosos ejercicios
de escritura creativa – algunos de ellos sacados de las clases del máster – y
puedo decir que, en general, no detecté faltas de ortografía graves, lo cual me
sorprendió bastante ya que llevo mucho tiempo como profesora particular y he
visto de todo, ortográficamente hablando. Sí que detecté algunos problemas de
coherencia textual en determinados momentos, por lo que deduje que no se
practicaba lo suficiente este tipo de ejercicios o no se leía lo suficiente. En
general, la experiencia fue muy positiva.
En
cuanto al uso de las TIC, fue ausente durante todo el período de prácticas. La
metodología de mi tutora era muy eficaz, pero tradicional. Por otro lado, la
tecnología que disponíamos en clase era escasa: un ordenador, un televisor y un
proyector – éste último no lo vi utilizarse nunca porque el televisor ya
ejercía esa función al estar conectado al ordenador -. La carencia de
dispositivos tecnológicos que permitiesen una clase más “actual”, era suplida
con la maestría del método docente de mi tutora. Realmente conseguía atraer la
atención de sus alumnos y estimularles con diversas actividades lúdicas,
siempre de índole lingüística como son los anagramas, dictados lúdicos, el
juego “tabú” colectivo, etc.
No
obstante, siguiendo la línea del dictado del fragmento literario, una posible
propuesta TIC para enriquecer esta actividad – con los medios de los que
disponíamos en clase – hubiese sido ver un fragmento de la película de Gerardo
Vega, La Celestina, en el que se
muestre el carácter de la nueva sociedad, en especial el de las mujeres y así
el calado literario es mayor. Además podemos trabajar con las actividades
interactivas que nos ofrece la editorial SM, siempre
y cuando todos los alumnos tengan a su disposición un ordenador en casa desde
el cual puedan acceder a las mismas. No siempre se da el caso.
Como
sí se suele dar el caso que todos los alumnos poseen móviles inteligentes, con
el permiso del director – los móviles están prohibidos en este instituto –
podemos realizar una actividad con la app 30hands la cual se
trataría de una narración interactiva sobre un fragmento que ellos hayan
escogido o sobre los diferentes dictados de las obras que hayamos realizado. De
esta manera trabajamos todas las destrezas lingüísticas de una manera
divertida, diferente y flexible, puesto que una vez aprendido el uso de esta
aplicación, los alumnos pueden continuar su trabajo en casa o en cualquier
lugar.
[1] Como no
poseo el texto original, he escogido éste:https://ejercicios3eso.jimdo.com/2014/11/16/la-literatura-de-la-edad-media/
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