La situación didáctica que he
elegido describir como punto de partida para realizar una reflexión crítica se
ha dado con un grupo de 1º de ESO, donde he estado observando las clases
impartidas por mi tutor durante el mes de prácticas en el centro. El libro de
texto adoptado en la clase es: Lengua
castellana y Literatura 1 de ESO, Oxford
University Press.
En lo específico quisiera
centrarme en una sesión donde se ha abordado el tema de Lengua relacionado con
los constituyentes fundamentales de la oración: el sujeto y el predicado. Pero
sobre todo en esta sesión el tema central ha sido el sujeto y la manera para
identificarlo dentro de una oración. Más tarde se abordarían más aspectos de él:
el sujeto omitido y las oraciones impersonales.
La sesión de la que quiero dar
cuenta se sitúa tras una sesión dedicada a la diferencia entre un enunciado y
una oración y, corregidos unos ejercicios al respecto, el profesor explica el
sujeto. Empezando por el otro constituyente de la oración, el predicado,
explica que el núcleo del predicado siempre es un verbo y que no hay oración si
no tenemos verbo.
En cuanto a la noción de sujeto
dice que su núcleo siempre es un grupo nominal y debe ir en la misma persona y
número que el verbo. Añade que la función del sujeto la suele desempeñar un
nombre o un pronombre “tónico” (cabe decir que les hace añadir con el lápiz en
el apartado del libro “tónico, como por ejemplo yo, tú, él, ella...”, para
especificar el tipo de pronombres que pueden aparecer con función de sujeto). Además
insiste en el concepto de la “concordancia”, aunque sólo se lo explica con unos
ejemplos, sin mencionarles formalmente el término. Les pone como ejemplo que si
el verbo está en 2ª persona de plural, el sujeto también será de 2ª de plural o
que si el verbo está en 1ª persona singular también el sujeto tendrá el mismo
número y persona.
Acto seguido saca a una alumna
a la pizarra para que escriba una oración. La frase en cuestión es: “Me
gustan los huevos fritos”. A partir de allí explica a la clase el
procedimiento para identificar el sujeto, proceso seguido también en el libro,
punto de partida y referencia para el profesor. Para intentar reconocer el
sujeto – explica- lo primero que hay que hacer es buscar el verbo. Sólo después
de localizar el verbo se puede buscar el sujeto. Le dice a la alumna que señale
el verbo y a continuación que busque el sujeto. Ésta reconoce el verbo; sin
embargo, equivocándose de sujeto, subraya “Me”. Entonces el profesor pregunta a
otro alumno: “¿Estás de acuerdo?” y luego a la clase: “¿Cuál es el sujeto?” De
manera que le pide a un alumno que lea para la clase el recuadro en el libro
donde se explica la “prueba del algodón” para localizar el sujeto en una oración.
A medida que el alumno lee el cuadro, el profesor va comentando el
procedimiento cuyos pasos para detectar el sujeto son: 1) localizar el verbo; 2)
cambiar de persona al verbo; 3) comprobar qué otras palabras cambian de número
o persona. Esta palabra o conjunto de palabras que ha tenido que cambiar de
número y persona será el sujeto.
Entonces el profesor intenta
guiar a los alumnos hacia la respuesta correcta a través de un proceso razonado
y lógico, planteando progresivamente preguntas con el fin de llegar a
identificar el sujeto. Por ejemplo pregunta: “El verbo ¿está en singular o en
plural? Luego le da a la alumna unas indicaciones para que compruebe si hay
concordancia entre verbo y sujeto: “Pon debajo de “gustan” el número (3ª
persona plural); debajo de “Yo” (que se refiere al pronombre “me”) pon “1ª
persona singular”. Tras dar estas indicaciones explica a los alumnos que la
operación realizada implica que “yo” no puede ser el sujeto, debido a que no
funciona la concordancia. Esta razón por tanto excluye que los pronombres átonos
puedan ser sujeto. Entonces sólo hay una opción posible y se llega a ésta por
deducción: el sujeto es “los huevos fritos” porque está en la misma persona y
número que el verbo “gustan”.
La siguiente frase que el
profesor propone para que se analice es: “A mi padre le tocó la lotería”.
Saca a otro alumno a la pizarra y, como en el caso anterior, le pide que señale
el verbo y luego que busque el sujeto. Después de identificar el verbo, el alumno
dice que no sabe cuál es el sujeto, así que un compañero interviene diciendo
que para él es “A mi padre”. Entonces el profesor, al igual que antes, en vez
de dar él la respuesta, pregunta que qué es “mi”, a lo cual un alumno contesta
correctamente “posesivo”. Siguen más preguntas encaminadas a encontrar el
sujeto: “¿Qué clase de palabra es “a”?, ¿Cómo se llama el grupo encabezado por
una preposición? (Respuesta: “grupo preposicional”). El profesor explica que un
grupo preposicional nunca puede ser sujeto. Luego saca a otro alumno a la
pizarra y le pregunta cuál podría ser entonces el sujeto. Le hace reflexionar
sobre “le” que tampoco puede ser sujeto al ser pronombre átono (explica que los
pronombres personales átonos nunca pueden ser sujeto) y añade que “a mi padre”
tiene la misma función que “le”. Así que, como no puede ser ni el uno ni el
otro elemento, por exclusión el sujeto es “la lotería”.
La última oración que le pide que
escriba a otra alumna es: “A tu hermano le encantan las palomitas”, siempre
siguiendo el mismo patrón que los ejemplos anteriores. Les aconseja que piensen
en lo que pone el recuadro del libro sobre la “prueba del nueve”. Siguiendo el
mismo proceso de antes procede por partes. Luego le pregunta a la alumna: “¿Cuál
crees tú que es el sujeto? Señálalo”. Los alumnos intentan con “tu hermano” o “a
tu hermano” o “tu”, a lo que el profesor dice que “tu hermano” no se puede
trocear. Al final un alumno da la respuesta correcta (“las palomitas”). Pero el
profesor quiere que le explique cómo lo ha sabido. Así que lanza una serie de
cuestiones e indicaciones para llegar a la respuesta correcta: “tu hermano ¿es
singular o plural? ¿y “encantan”?, “tampoco el pronombre “le” puede ser sujeto
porque es un pronombre átono”. Finalmente la interpretácion del profesor: “¿Sabéis
por qué os habéis equivocado? Porque os habéis precipitado”, dejando patente
que para él la identificación del sujeto conlleva mucha reflexión y atención. Después
de aclarar que el sujeto no puede que ser “las palomitas” termina afirmando que
el predicado es todo lo demás, todo lo que no es sujeto: “a tu hermano le
encantan”.
Interpreta la situación
Durante la sesión que acabo de
describir he apreciado algunas cosas que me han llamado la atención. Antes que
nada he visto que el profesor, en vez de empezar el análisis sintáctico con
oraciones sencillas, prototípicas, para que los alumnes encontraran con
facilidad el sujeto y luego el predicado, ha empezado proponiendo unas
oraciones que, incluso en los cursos superiores suelen causar problemas a la
hora de identificar el sujeto. Además he notado como ha usado la misma
terminología usada por el libro, en términos de núcleo, grupo nominal, grupo verbal, términos abstractos que no
sé si para empezar yo los habría utilizado. Más bien creo que, a parte la
terminología, yo habría optado por un enfoque más semántico para explicar la
noción de sujeto, por lo menos en esta primera fase de acercamiento al análisis
sintáctico. Y por consiguiente habría propuesto, para empezar, frases más
simples. En cambio, tal y como se explica en el libro, el profesor ha
presentado el procediemiento para reconocer el sujeto en términos de “concordancia”.
Y por lo que he observado, a algunos alumnos les costaba incluso reconocer las
clases de palabras o el concepto de número y persona. Con lo cual yo habría
partido con frases más sencillas y explicando el sujeto con un enfoque semántico.
Y sólo posteriormente habría propuesto semejantes oraciones con verbos del tipo
encantar, gustar con estructura impersonal. Otro aspecto que he observado es
que el profesor no daba la respuesta correcta inmediatamente tras hacer escribir
la frase en la pizarra, cumpliendo de esta manera con la finalidad de favorecer
la reflexión y guiar con indicaciones y preguntas el proceso para llegar a la
solución. En ésto estoy totalmente de acuerdo con su orientación, debido a que
es necesario que sean los alumnos quienes empleen las herramientas y sus conocimientos
para reconocer autónomamente el sujeto. El problema que he puesto de relieve,
sin embargo, hacía que los alumnos se perdieran con esta clase de ejemplos,
para mí inadecuados en este estadio inicial. Por supuesto, hay que tener en
cuenta también el tiempo de asimilación de los contenidos nuevos que hace que
al principio haya un sentido de desorientación general.
No obstante, los ejercicios
asignados en el libro eran mucho más simples que los ejemplos puestos por el
profesor: llevaban oraciones más sencillas donde era fácil reconocer el sujeto
y el predicado y allí los alumnos conseguían identificar el sujeto más fácilmente.
Otro aspecto más que he
valorado positivamente en esta sesión ha sido la intención del profesor de involucrar
a todos los alumnos, planteando cuestiones dirigidas no sólo al alumno en la
pizarra, sino más bien a todos. Además hacía que cualquiera se sintiera libre
de proponer su punto de vista y de intentar dar con la solución.
TIC y completa la situación:
No se ha hecho ningún empleo de
las TIC debido al uso exclusivo de la pizarra tradicional, libro y apuntes en
las libretas. Lo que sí yo habría incorporado habría sido en esta primera sesión
dedicada al descubrimiento y la búsqueda del sujeto y el predicado, el elemento
visual: habría optado por el empleo de tizas de colores para distinguir los
elementos del sujeto y del predicado y para razonar sobre los constituyentes de
la oración, usando señales gráficos, esquemas, en fin, un enfoque visual más
marcado para favorecer la asimilación, la memorización y las estrategias para
detectar el sujeto. Además, yo me habría planteado una práctica del tema en el aula
informática, realizando ejercicios interactivos (ya en internet hay muchos o
peparándolos yo al efecto) con retroalimentación inmediata. Otra metodología
que yo incorporaría sería un análisis sintáctico de unas oraciones realmente
usadas por los propios alumnos, para hacerles más cercano este tipo de análisis
e influir de forma más eficaz en su proceso de reflexión.
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