11 de mayo de 2017

Narrativas escolares. Observación de una sesión de Lengua y Literatura en la ESO

La situación didáctica que he elegido describir como punto de partida para realizar una reflexión crítica se ha dado con un grupo de 1º de ESO, donde he estado observando las clases impartidas por mi tutor durante el mes de prácticas en el centro. El libro de texto adoptado en la clase es: Lengua castellana y Literatura 1 de ESO, Oxford University Press.
En lo específico quisiera centrarme en una sesión donde se ha abordado el tema de Lengua relacionado con los constituyentes fundamentales de la oración: el sujeto y el predicado. Pero sobre todo en esta sesión el tema central ha sido el sujeto y la manera para identificarlo dentro de una oración. Más tarde se abordarían más aspectos de él: el sujeto omitido y las oraciones impersonales.
La sesión de la que quiero dar cuenta se sitúa tras una sesión dedicada a la diferencia entre un enunciado y una oración y, corregidos unos ejercicios al respecto, el profesor explica el sujeto. Empezando por el otro constituyente de la oración, el predicado, explica que el núcleo del predicado siempre es un verbo y que no hay oración si no tenemos verbo.
En cuanto a la noción de sujeto dice que su núcleo siempre es un grupo nominal y debe ir en la misma persona y número que el verbo. Añade que la función del sujeto la suele desempeñar un nombre o un pronombre “tónico” (cabe decir que les hace añadir con el lápiz en el apartado del libro “tónico, como por ejemplo yo, tú, él, ella...”, para especificar el tipo de pronombres que pueden aparecer con función de sujeto). Además insiste en el concepto de la “concordancia”, aunque sólo se lo explica con unos ejemplos, sin mencionarles formalmente el término. Les pone como ejemplo que si el verbo está en 2ª persona de plural, el sujeto también será de 2ª de plural o que si el verbo está en 1ª persona singular también el sujeto tendrá el mismo número y persona.
Acto seguido saca a una alumna a la pizarra para que escriba una oración. La frase en cuestión es: “Me gustan los huevos fritos”. A partir de allí explica a la clase el procedimiento para identificar el sujeto, proceso seguido también en el libro, punto de partida y referencia para el profesor. Para intentar reconocer el sujeto – explica- lo primero que hay que hacer es buscar el verbo. Sólo después de localizar el verbo se puede buscar el sujeto. Le dice a la alumna que señale el verbo y a continuación que busque el sujeto. Ésta reconoce el verbo; sin embargo, equivocándose de sujeto, subraya “Me”. Entonces el profesor pregunta a otro alumno: “¿Estás de acuerdo?” y luego a la clase: “¿Cuál es el sujeto?” De manera que le pide a un alumno que lea para la clase el recuadro en el libro donde se explica la “prueba del algodón” para localizar el sujeto en una oración. A medida que el alumno lee el cuadro, el profesor va comentando el procedimiento cuyos pasos para detectar el sujeto son: 1) localizar el verbo; 2) cambiar de persona al verbo; 3) comprobar qué otras palabras cambian de número o persona. Esta palabra o conjunto de palabras que ha tenido que cambiar de número y persona será el sujeto.
Entonces el profesor intenta guiar a los alumnos hacia la respuesta correcta a través de un proceso razonado y lógico, planteando progresivamente preguntas con el fin de llegar a identificar el sujeto. Por ejemplo pregunta: “El verbo ¿está en singular o en plural? Luego le da a la alumna unas indicaciones para que compruebe si hay concordancia entre verbo y sujeto: “Pon debajo de “gustan” el número (3ª persona plural); debajo de “Yo” (que se refiere al pronombre “me”) pon “1ª persona singular”. Tras dar estas indicaciones explica a los alumnos que la operación realizada implica que “yo” no puede ser el sujeto, debido a que no funciona la concordancia. Esta razón por tanto excluye que los pronombres átonos puedan ser sujeto. Entonces sólo hay una opción posible y se llega a ésta por deducción: el sujeto es “los huevos fritos” porque está en la misma persona y número que el verbo “gustan”.
La siguiente frase que el profesor propone para que se analice es: “A mi padre le tocó la lotería”. Saca a otro alumno a la pizarra y, como en el caso anterior, le pide que señale el verbo y luego que busque el sujeto. Después de identificar el verbo, el alumno dice que no sabe cuál es el sujeto, así que un compañero interviene diciendo que para él es “A mi padre”. Entonces el profesor, al igual que antes, en vez de dar él la respuesta, pregunta que qué es “mi”, a lo cual un alumno contesta correctamente “posesivo”. Siguen más preguntas encaminadas a encontrar el sujeto: “¿Qué clase de palabra es “a”?, ¿Cómo se llama el grupo encabezado por una preposición? (Respuesta: “grupo preposicional”). El profesor explica que un grupo preposicional nunca puede ser sujeto. Luego saca a otro alumno a la pizarra y le pregunta cuál podría ser entonces el sujeto. Le hace reflexionar sobre “le” que tampoco puede ser sujeto al ser pronombre átono (explica que los pronombres personales átonos nunca pueden ser sujeto) y añade que “a mi padre” tiene la misma función que “le”. Así que, como no puede ser ni el uno ni el otro elemento, por exclusión el sujeto es “la lotería”.
La última oración que le pide que escriba a otra alumna es: “A tu hermano le encantan las palomitas”, siempre siguiendo el mismo patrón que los ejemplos anteriores. Les aconseja que piensen en lo que pone el recuadro del libro sobre la “prueba del nueve”. Siguiendo el mismo proceso de antes procede por partes. Luego le pregunta a la alumna: “¿Cuál crees tú que es el sujeto? Señálalo”. Los alumnos intentan con “tu hermano” o “a tu hermano” o “tu”, a lo que el profesor dice que “tu hermano” no se puede trocear. Al final un alumno da la respuesta correcta (“las palomitas”). Pero el profesor quiere que le explique cómo lo ha sabido. Así que lanza una serie de cuestiones e indicaciones para llegar a la respuesta correcta: “tu hermano ¿es singular o plural? ¿y “encantan”?, “tampoco el pronombre “le” puede ser sujeto porque es un pronombre átono”. Finalmente la interpretácion del profesor: “¿Sabéis por qué os habéis equivocado? Porque os habéis precipitado”, dejando patente que para él la identificación del sujeto conlleva mucha reflexión y atención. Después de aclarar que el sujeto no puede que ser “las palomitas” termina afirmando que el predicado es todo lo demás, todo lo que no es sujeto: “a tu hermano le encantan”.

Interpreta la situación
Durante la sesión que acabo de describir he apreciado algunas cosas que me han llamado la atención. Antes que nada he visto que el profesor, en vez de empezar el análisis sintáctico con oraciones sencillas, prototípicas, para que los alumnes encontraran con facilidad el sujeto y luego el predicado, ha empezado proponiendo unas oraciones que, incluso en los cursos superiores suelen causar problemas a la hora de identificar el sujeto. Además he notado como ha usado la misma terminología usada por el libro, en términos de núcleo, grupo nominal, grupo verbal, términos abstractos que no sé si para empezar yo los habría utilizado. Más bien creo que, a parte la terminología, yo habría optado por un enfoque más semántico para explicar la noción de sujeto, por lo menos en esta primera fase de acercamiento al análisis sintáctico. Y por consiguiente habría propuesto, para empezar, frases más simples. En cambio, tal y como se explica en el libro, el profesor ha presentado el procediemiento para reconocer el sujeto en términos de “concordancia”. Y por lo que he observado, a algunos alumnos les costaba incluso reconocer las clases de palabras o el concepto de número y persona. Con lo cual yo habría partido con frases más sencillas y explicando el sujeto con un enfoque semántico. Y sólo posteriormente habría propuesto semejantes oraciones con verbos del tipo encantar, gustar con estructura impersonal. Otro aspecto que he observado es que el profesor no daba la respuesta correcta inmediatamente tras hacer escribir la frase en la pizarra, cumpliendo de esta manera con la finalidad de favorecer la reflexión y guiar con indicaciones y preguntas el proceso para llegar a la solución. En ésto estoy totalmente de acuerdo con su orientación, debido a que es necesario que sean los alumnos quienes empleen las herramientas y sus conocimientos para reconocer autónomamente el sujeto. El problema que he puesto de relieve, sin embargo, hacía que los alumnos se perdieran con esta clase de ejemplos, para mí inadecuados en este estadio inicial. Por supuesto, hay que tener en cuenta también el tiempo de asimilación de los contenidos nuevos que hace que al principio haya un sentido de desorientación general.
No obstante, los ejercicios asignados en el libro eran mucho más simples que los ejemplos puestos por el profesor: llevaban oraciones más sencillas donde era fácil reconocer el sujeto y el predicado y allí los alumnos conseguían identificar el sujeto más fácilmente.
Otro aspecto más que he valorado positivamente en esta sesión ha sido la intención del profesor de involucrar a todos los alumnos, planteando cuestiones dirigidas no sólo al alumno en la pizarra, sino más bien a todos. Además hacía que cualquiera se sintiera libre de proponer su punto de vista y de intentar dar con la solución.

TIC y completa la situación:
No se ha hecho ningún empleo de las TIC debido al uso exclusivo de la pizarra tradicional, libro y apuntes en las libretas. Lo que sí yo habría incorporado habría sido en esta primera sesión dedicada al descubrimiento y la búsqueda del sujeto y el predicado, el elemento visual: habría optado por el empleo de tizas de colores para distinguir los elementos del sujeto y del predicado y para razonar sobre los constituyentes de la oración, usando señales gráficos, esquemas, en fin, un enfoque visual más marcado para favorecer la asimilación, la memorización y las estrategias para detectar el sujeto. Además, yo me habría planteado una práctica del tema en el aula informática, realizando ejercicios interactivos (ya en internet hay muchos o peparándolos yo al efecto) con retroalimentación inmediata. Otra metodología que yo incorporaría sería un análisis sintáctico de unas oraciones realmente usadas por los propios alumnos, para hacerles más cercano este tipo de análisis e influir de forma más eficaz en su proceso de reflexión.



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